El domingo se cierra, en parte, una pretensión regresiva y lesiva para los mexicanos. La reforma de la CFE no pasó. Ahora asomémonos a otro agujero negro (como los galácticos).
Ayer revisamos los “famosos otros datos”, como dice el presidente, y presumía Rosa Icela Rodríguez, secretaria de Seguridad, la sensible baja en homicidios dolosos. Claro, Icela con “C” no sabe que Fresnillo y el estado de Zacatecas son tierra de nadie, que pueblos enteros están abandonados. Ignora Michoacán y la sangre que corre más abundante que sus ríos. Ignora Guaymas y lo que pasa en Sonora, y puedo enumerar las 32 entidades en donde hay más sangre que agua porque la sequía nos está dando una de padre nuestro y señor mío.
La costumbre o la pérdida de la capacidad de asombro propician que la violencia se vuelva parte de la vida cotidiana, pero no es posible aceptarlo, no podemos acostumbrarnos a sobrevivir, debemos exigir que se alcance la seguridad necesaria para la convivencia y el desarrollo para una mejor calidad de vida.
La sociedad comercial más importante de todos los tiempos, realizada en la época de Carlos Salinas de Gortari, y recién renovada en tiempos de Peña Nieto, presidente y Andrés Manuel López Obrador, presidente electo, está por dejar atrás la oportunidad de dar el salto y de verdad lograr el crecimiento que necesita el país.
En 2018 cuando ganó la Presidencia obtuvo 30.11 millones de votos, para la elección intermedia peleó estar en la boleta con la consulta del domingo pero no lo dejaron, así que Morena tuvo que ir a la desangelada intermedia con sus candidatos sin el Presidente; obtuvieron 21 millones de votos.