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Debate sobre los vuelos en helicóptero al Everest: equilibrio entre turismo y conservación

El Monte Everest, con sus majestuosos 8,848.86 metros, ha sido durante décadas un imán para aventureros y turistas de todo el mundo. En los últimos años, los vuelos en helicóptero han ganado popularidad, ofreciendo vistas panorámicas de la cima sin la necesidad de una ardua escalada. Sin embargo, esta tendencia ha desatado un intenso debate en Nepal, enfrentando los intereses económicos del turismo de lujo con la urgente necesidad de preservar uno de los ecosistemas más frágiles del planeta.

El Parque Nacional Sagarmatha, hogar del Everest y declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1979, intentó restringir los sobrevuelos turísticos en helicóptero a partir del 1 de enero de 2025, citando preocupaciones ambientales y la perturbación de la paz en la región. No obstante, el regulador de aviación civil de Nepal anuló rápidamente esta decisión, evidenciando la falta de un marco legal claro y la influencia de intereses económicos.

Las comunidades locales, especialmente los jóvenes de la región del Everest, han expresado su indignación. Sonam Dorji Sherpa, líder del Club Juvenil Ama Dambam, señaló que "el creciente número de vuelos en helicóptero ha alcanzado niveles alarmantes, amenazando la integridad del ecosistema y la paz de este santuario". Las protestas incluyen acciones directas en las zonas de aterrizaje, reflejando la creciente frustración de los residentes.

El impacto de estos vuelos no se limita al ruido. La fauna local, incluyendo especies emblemáticas como el tar del Himalaya y el goral del Himalaya, se ve gravemente afectada. Sushma Rana, experta en conservación del parque, explicó que "el estruendo constante interfiere con la alimentación, la reproducción y el comportamiento natural de los animales", llevando a algunos a huir de sus hábitats y exponiéndose a peligros mortales.

Por otro lado, el turismo en helicóptero representa una fuente significativa de ingresos. Pratap Jung Pandey, representante de los operadores aéreos, defiende la actividad y rechaza la prohibición, argumentando que "el turismo en el Everest es un segmento turístico de alto nivel. Es el sueño de toda la vida para muchos en el mundo". Los tours en helicóptero, con precios que rondan los 8,000 dólares, atraen a visitantes dispuestos a pagar por una experiencia única.

Este dilema refleja la complejidad de equilibrar el desarrollo económico con la conservación ambiental. Mientras las autoridades y las comunidades locales buscan soluciones, el futuro de los vuelos en helicóptero al Everest sigue siendo incierto, en una región donde la majestuosidad de la naturaleza choca con las ambiciones humanas.

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