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Viajar para Morir: La Nueva Frontera del Turismo Médico

En un fenómeno cada vez más común, personas con enfermedades terminales están viajando a estados como Vermont y Oregon para acceder a la muerte asistida, un servicio que no está disponible en la mayoría de los estados de EE. UU. Francine Milano, una mujer de 61 años de Pennsylvania, es un ejemplo de quienes han optado por este camino para mantener el control sobre su final.

Milano, diagnosticada con la reaparición de un cáncer de ovarios, decidió viajar a Vermont, uno de los pocos estados que permite la muerte asistida para no residentes, después de que su enfermedad fue declarada incurable. Este tipo de "turismo médico" no es sencillo, ya que los pacientes deben enfrentar numerosos desafíos logísticos y emocionales.

Un Camino Llano pero Difícil

Desde que Vermont eliminó el requisito de residencia en mayo de 2023, seguido por Oregon en julio del mismo año, el número de personas que viajan a estos estados para morir ha crecido. Según el Departamento de Salud de Vermont, 26 personas de fuera del estado han utilizado este servicio desde la eliminación del requisito, representando casi el 25% de las muertes asistidas registradas.

Aunque las leyes que permiten la muerte asistida están diseñadas con múltiples salvaguardias, estas pueden resultar complicadas para los pacientes. Deben ser evaluados por dos médicos, estar físicamente presentes en el estado tanto para la evaluación como para tomar la medicación, y tienen que tener menos de seis meses de vida. Estas restricciones, pensadas para proteger a los pacientes, pueden dificultar aún más su ya delicada situación.

Dificultades y Temores

Viajar para recibir asistencia médica para morir conlleva desafíos significativos. Los pacientes deben dejar atrás su red de apoyo y enfrentarse a la incertidumbre de estar en un lugar desconocido en sus últimos días. La logística, como encontrar un lugar donde morir y coordinar con nuevos médicos, también añade una carga emocional y física.

Milano, por ejemplo, optó por Vermont debido a la proximidad relativa y los menores costos en comparación con otros estados. Sin embargo, como muchos en su situación, teme no estar lo suficientemente bien como para hacer el viaje cuando llegue el momento definitivo. También se enfrenta al dilema emocional de si será capaz de tomar la medicación cuando el momento llegue.

Un Debate Continuo

El tema de la muerte asistida sigue siendo polémico. Mientras algunos ven en estas leyes una oportunidad para morir con dignidad y control, otros, incluidos grupos religiosos y algunos médicos, se oponen rotundamente, argumentando que la vida debe preservarse hasta el final natural. A pesar de la creciente aceptación en algunos estados, la muerte asistida sigue siendo ilegal en la mayoría del país.

Para Francine Milano y otros en su situación, la posibilidad de elegir cuándo y cómo morir ofrece un consuelo en medio de la incertidumbre. Sin embargo, el camino para ejercer ese derecho está lleno de desafíos que no todos están dispuestos o pueden enfrentar.

Créditos: KFF Health News

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