
-Se nota que hubo manita de puerco a El Lobo -El magistrado que llora por Lucha -Echó Stefany arenita a corrupción de Vicky -Nuevo amanecer aplica la frase de “Layín”
¿Habrá necesidad de convertirse en más papista que el Papa? No, pero es la realidad en el caso de algunos muy contados medios de comunicación y periodistas (o conductores) particularmente de Chihuahua en relación al régimen del gobernador, Javier Corral Jurado. Conducta esta por conveniencia, claro.
Es comprensible del Canal 28 porque su amargura milenaria fue debidamente explotada durante la campaña electoral por el hoy gobernador pero no de otros como El Lobo con don Gerardo López de la Rocha y su conductor estrella Jonathan González (foto en la versión digital de GPS), con todo y su Angelus infaltable, sus lecturas de Fulton J. Sheen y hasta sus misas dominicales al aire.
Ellos se prestaron esta semana a la guerra cochina corralista contra El Diario sin necesidad alguna. Recibió Jonathan una llamada telefónica de la Coordinadora de Comunicación Social del gobierno estatal, Marijose Valles Medina, en la que desmiente que Corral pague por notas periodísticas.
El miércoles 23 de octubre fue publicado por esta casa editora que la administración estatal ha pagado durante estos tres años 500 millones de pesos a medios de comunicación. Marijose negó el monto a pesar de las pruebas y rechazó categóricamente que sea por notas.
Jonathan es conductor, no es periodista. Si lo fuera hubiera cuestionado a la funcionaria estatal sobre los detalles que dieron origen a esa llamada “aclaratoria”, es decir sobre las pruebas presentadas en el trabajo de investigación llevado a cabo por El Diario... Puro sí señora, sí señora y sí señora al lenguaje confuso de la vocera.
Más todavía, el propio conductor de El Lobo pudo sacar del cajón de su escritorio el contrato de “prestación de servicios” número SH/ADE/017/2019-J firmado entre Marijose y El Lobo por cuatro millones de pesos donde la empresa radiofónica se obliga a replicar las campañas de gobierno, obras y servicios, etc.,; es decir, notas, boletines, spots...
O también pudo echar mano de otro contrato presentado en el trabajo de El Diario que textualmente dice: “cobertura total de la agenda del gobernador, cobertura de los programas de gobierno y sus extensiones, notas informativas, boletines...”.
Así nos podemos explicar entonces quizá no la actitud oficiosa sino la manita de puerco que hizo la funcionaria estatal a Jonathan y/o a El Lobo para recibir la llamada telefónica y tratar de desmentir una información que por lo demás es oficial, como la publicada por El Diario.
¿Paga Corral por notas periodísticas? Sí. Aquí están de nuevo las pruebas igual que el miércoles en la nota principal de El Diario. Los convenios están firmados por María José Valles Medina.
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Quien aún no consigue contener las lágrimas desde que Luz Estela Castro dijo adiós a la Judicatura es el magistrado Gabriel Ruiz Gámez. Con el nombramiento de Minerva Correa como sustituta de Lucha poco faltó para que soltara en llanto.
Ruiz se empoderó al lado de la barzonista y mantuvo con ella esa alianza hasta el final, confiando en que podría ayudarlo a hacer realidad su sueño más preciado: ser el próximo presidente del Poder Judicial.
Suspira por esa silla y quiere sentarse en ella a toda costa, al grado de que tras bambalinas inició una grilla interna entre magistrados buscando convencerlos para que no apoyen a Pablo Héctor González cuando llegue el momento de la reelección.
Pero ahora los cambios le complican el tablero del juego, y en la partida ya se le vislumbra como el gran perdedor.
Gabriel Ruiz, actual presidente de la comisión de Administración, llegó a la Judicatura en abril del año pasado en sustitución del magistrado Julio César Jiménez Castro, quien fue destituido por mandato de la Suprema Corte de Justicia.
Desde entonces se convirtió en una piedra en el zapato y bajo el manto de Lucha se volvió incluso caprichoso y berrinchudo, granjeándose la animadversión de muchos de sus colegas que ven con sospechosismo el nivel de control que busca ejercer, ninguneando incluso al director administrativo Carlos Olson, “ahijado” favorito de Gustavo Madero.
Los cambios complican definitivamente sus aspiraciones, no sólo las personales, sino también las familiares.
Gabriel Ruiz es esposo de Verónica Peña quien en los últimos días intentó apoderarse del control de la jefatura de Actuarios para perseguir sus propios intereses, pues aseguran que esa área puede ser una mina de oro donde los abogados particulares saben compensar el cariño recibido.
Ambos constituyen una pareja atraída por el poder que pone los pelos de punta a muchos miembros de la corte Judicial, cuando piensan en el caos que se desataría si los ideales del matrimonio se hicieran realidad.
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Emulando al célebre Layín - el excalde del puerto de San Blas que “robo poquito”- esta semana el estado lanzó una campaña en medios y redes sociales presumiendo el primer lugar que obtuvo entre los estados en donde menos actos de corrupción enfrentan los empresarios al realizar un trámite ante el gobierno. Sólo el 18 por ciento ha sido víctima… es decir, “hay corrupción pero tantita”.
La difusión no cayó en gracia al empresariado. Se trata de resultados de la encuesta DATA Coparmex, con corte a julio pasado, pero que el nuevo amanecer decidió reactivar ocultando otros que no le son favorables, entre ellos que el 69 por ciento considera que Corral no está cumpliendo las funciones para las cuales fue electo.
El año pasado el 52 por ciento aprobaba su gestión pero el indicador se desplomó al 31 por ciento.
Nada raro si se considera que desde el 25 de septiembre del 2018 el gobernador intenta jugarles el dedo en la boca prometiendo resolver el asesinato de Uriel Loya, quien fuera líder de la IP en Parral, y hasta ahora lo único que ven es impunidad.
Por supuesto, de esa desaprobación nada cuenta el gobierno.
Tampoco dicen que la encuesta reprueba a Chihuahua en el rubro de “deuda sin sentido”, indicador basado en el Sistema de Alertas del Endeudamiento Público y que establece que la deuda del estado es mayor que los ingresos de libre disposición.
Mucho menos difunde que el 37 por ciento de los empresarios ha sido víctima de algún delito, una cifra que creció en seis puntos porcentuales en comparación a lo reportado en febrero del año anterior.
En pocas palabras presume, lo que no tendría siquiera que presumir y calla lo que le conviene ocultar.
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Donde está por abrirse la cloaca es al interior de la Universidad Pedagógica Nacional del Estado de Chihuahua (UPNECh) pues comienzan a salir a luz datos de una auditoría que el gobierno pretendía ocultar.
El escándalo que inicio en febrero del 2018 con la destitución del entonces director Arturo Limón, no cesa y por el contrario amaga con reactivarse, pero teniendo como protagonista a la panista Victoria Chavira.
Hay dos auditorías que fueron practicadas por la Comisaría de la UPNECH y en ambas hay observaciones sobre manejos indebidos que tuvieron lugar durante el breve periodo en el que estuvo al frente de la institución.
Chavira, de acuerdo a esas revisiones, contrató servicios en dos ocasiones al Instituto Regional de Estudios de la Familia, de la cual es propietaria.
Era algo que ya se comentaba, y que incluso ella negó, pero que ahora está plenamente documentado.
La novedad es, además, que el Estado a través de la entonces Secretaria de la Función Pública, Stefany Olmos, intentó ocultarlo. En su momento ella limpió el nombre de Chavira afirmando públicamente que las auditorías practicadas a la rectoría habían salido “limpias”, y nada que ver con la realidad.
La verdad de esos resultados se mantenía oculta, casi literalmente en un cajón.
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La foto de esta semana sin duda se la lleva Miguel Riggs, el diputado federal amante de las “selfies” que presumió en redes sociales un baño de pueblo al subirse al metro de la Ciudad de México.
Fifí -como es- escribió al pie de la fotografía: “Saliendo de H. Cámara de Diputados rumbo al depa en metro!”. Compartimos la imagen en la edición digital.
No faltó quien le advirtiera que tuviera cuidado con la cartera, el celular y hasta con los calcetines, pero para Riggs el día a día que viven millones de capitalinos fue toda una aventura.
Pocas, muy pocas veces usa el transporte público, no tiene necesidad. No lo hace en Chihuahua, menos en la capital del país. Aquí al Vivebús, sólo en campañas ha subido.
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