
-Borruelito forma nueva generación -Judicatura y jugada de varias bandas -Manuel Fitzmaurice va por Coparmex -El síndico anda vuelto loco por figurar de juniors
La imagen de Carlos Borruel Jr. es recurrente en los chats panistas. Siempre lo están criticando porque no deja de presumir en Facebook, Twitter o Instagram sus autos de lujo y su intensa vida social llena de escándalos.
Hace unos días fue su cumpleaños el motivo de los comentarios ácidos de los rivales de su papá dentro del PAN.
Imposible que se quedaran callados si al ya no tan joven hijo del exalcalde Borruel hasta le lanzaron unos cuantos fuegos artificiales, lo que pudo presumir en sus redes sociales para deleite de los “haters” que tiene por montones.
La más reciente de las críticas comenzó a circular ayer. El hijo del también director de la Comisión Estatal de Vivienda presume el regalazo que le lleva a uno de sus sobrinos, una mini moto de 4 ruedas para un niño que apenas ronda los 10 años de edad.
“Borruelito en su incansable labor de formar la nueva generación de juniors”, fue el comentario sobre la foto con profusa difusión entre los panistas, quienes siguen sin entender las ganas de dañar la imagen del exalcalde por parte de su propio hijo, que tantos problemas le acarrea.
Aunque el aspecto que muestra la imagen corresponde a la vida privada de la familia, la crítica dentro de Acción Nacional es por el deseo de mostrar y presumir los bienes y los lujos que son imposibles de desligar de la política, si el padre, la hija, la esposa y demás se dedican al servicio público.
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Está vinculado sin duda el nombramiento de Minerva Correa Hinojosa con el de Lucha Castro, no sólo por interés circunstancial con el grupo panista que las apoya a ambas, sino por la incertidumbre que provoca el aparente incumplimiento de dos de los requisitos legales para ocupar el cargo, la fecha de expedición de título y la residencia en Chihuahua.
La duda surge por el currículum vitae con que cuenta la página de transparencia del ayuntamiento de Chihuahua, correspondiente a Minerva en su paso por la regiduría en el 2016 y reiterado en 2018 con la reelección.
Dice muy claro el antecedente académico de la joven, muy joven nueva integrante del Consejo de la Judicatura, que cursó los estudios de derecho en la Universidad Autónoma de Chihuahua en el período 2007 al 2011.
De ser cierta esa fecha de estudios, no cumpliría con el requisito de contar con un título de licenciado en derecho con 10 años de antigüedad que se exige en la Constitución local para el cargo por el que ha sido designada por el gobernador.
El currículum, como es del conocimiento de todo mundo, se elabora por las personas mismas, es un trámite personalísimo, cuando entran a trabajar al servicio público, por lo cual no puede existir error en el mismo. Sería un gazapo mayor.
Porque resulta que en el Registro Nacional de Profesiones existe una cédula profesional, la número 5702018 que corresponde a una mujer de nombre Minerva Correa Hinojosa, en la profesión de licenciada en derecho, expedida en el año 2008.
Luego entonces hay alguna mentira en todo esto. La cédula debe ser sin duda auténtica, y detrás de ella existir un título profesional.
Agréguese a lo anterior que la ex regidora, renunció en mayo de 2019 para irse a residir a los Estados Unidos, como ella misma difundió, por lo que estaría en duda también la residencia.
Debe sin duda existir una explicación al asunto, que de nuevo pone a sudar a Palacio de Gobierno, con el nombramiento polémico del asiento que le corresponde en la judicatura.
Hubo también evidente negociación entre la “dueña” política original de esa posición, la diputada panista, Blanca Gámez, su amiga Lucha Castro; la integrante de esa misma facción y jefa de Atención a Víctimas de la Violencia, Irma Villanueva (de izquierda todas) con la diputada también panista, Georgina Bujanda y el presidente del comité municipal del PAN, Francisco “Paco” Navarro, de quienes depende Minerva Correa desde sus tiempos al lado del fallecido exdiputado, Javier Gaudini.
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El parque vehicular que permite el cumplimiento de los programas de gobierno y sacar las tareas indispensables, está compuesto por verdaderas chatarras.
De acuerdo a la información difundida por la Secretaría de Hacienda con corte al mes de junio del presente año, la mayoría de las unidades, cerca de 800, corresponden a modelos anteriores al año 2010.
Sólo 198 vehículos corresponden a modelos del 2011 a la fecha, entre los cuales se encuentran trocones Silverado y Suburban, estas últimas -las de modelo reciente-, queremos suponer, se encuentran asignadas a los funcionarios fifí del más alto nivel.
La talacha, el ir y venir diario del personal de todas las áreas, se tiene que realizar con unidades viejas y destartaladas. 242 de ellas son anteriores al año 2000, con el riesgo que ello significa para la seguridad del personal.
Pero además, con ese tipo de unidades el pago de mantenimiento debe ser muy costoso igual que el seguro. No hay medida de austeridad alguna que compense el pago que significa mantenerlas en movimiento.
Eso sí, Javier Corral se pasea en un helicóptero de reciente modelo, que le heredó la anterior administración y a la cual sigue metiéndole cientos de millas, con la intención -dice- de venderlo, pero no se baja siquiera un momento del asiento de copiloto.
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El síndico municipal Amín Anchondo sigue acariciando el sueño de la alcaldía. No hay día en que no busque figurar con tal objeto.
Ahora se trata de un juguete nuevo que le compró el nuevo amanecer junto con diversas instituciones que debieron meterle recursos para financiarlo.
Se trata del evento denominado Reivindicando lo público desde lo local, que es el mismo caballito de batalla con el cual se presenta en las colonias, sólo que será a lo grande en la Casa Chihuahua.
Está desbocado el funcionario en busca de generar una presencia fuera de la función que le toca desempeñar, como responsable de estar vigilante del desempeño del ayuntamiento, en busca de presencia que le permita aspirar al puesto de elección popular, aun y cuando sea forzando las cosas, desde la posición de privilegio de las buenas relaciones con el despacho principal de palacio de gobierno, como se observa en las imágenes que le mostramos en nuestra edición digital.
Debe tener presente el funcionario municipal la triste historia de los últimos síndicos, que han perdido piso y han caído en desgracia, obteniendo sólo posiciones de compensación.
Pero él no escucha. Anda vuelto loco por las colonias de la ciudad, en una campaña anticipada, a la cual nadie le pone freno dentro y fuera del partido.
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En la presidencia de Coparmex ya se perfilaba Manuel Fitzmaurice como relevo de Federico Baeza Mares pero los operadores del órgano empresarial decidieron poner algo de hielo y aplazar el proceso interno de elección hasta principios del año próximo.
Federico llegó a la presidencia de Coparmex en febrero del 2017. Fue reelecto hasta la fecha y tiene posibilidades reglamentarias de alargarse un año más pero es altamente probable que no lo haga.
Es por ello que hace semanas empezó a manejarse el nombre de Fitzmaurice como el principal candidato a la sucesión. Algunos directivos habían propuesto que la elección respectiva fuera entre finales de octubre y noviembre pero luego decidieron aplazarla para principios del 2020.
Manuel Fitzmaurice es empresario gasolinero (Servicios del Cobre) y uno de los principales benefactores de los Legionarios de Cristo en la localidad. Tiene buena reputación entre los casi 700 agremiados a Coparmex.
Es intenso en la ciudad, el estado y el país el activismo de esa organización empresarial, una de las fuertes también dentro del Consejo Coordinador Empresarial.
La relación no ha sido buena particularmente con el gobernador del estado, Javier Corral Jurado, por la informalidad que ha exhibido con ellos el mandatario y una visión bastante negativa hacia muchos de sus integrantes a los que se refiere como representantes de “una política económica terracista”.
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