
-No guardó ni el novenario para caer en brazos de Paco-“Narcocamionetón” sólo es parte de crisis en Fiscalía -Va Corral por “otro” informe -Continúan los Bowí en el almacén
Aún no se enfriaba la renuncia que presentó al cargo de dirigente municipal del PRI cuando ya Fermín Ordóñez compartía el café con el recién electo líder del panismo capitalino, Francisco “Paco” Navarro, en un conocido restaurante de la ciudad.
El “amistoso” encuentro, compartido por el propio Navarro en sus redes sociales, ya se veía venir. Fermín entraba y salía últimamente como “Pedro por su casa” de la oficina Secretario del Ayuntamiento, César Jáuregui. Así que nada le costó posar con Paco.
Prácticamente el otrora guerrillero tricolor se arrojó a los brazos del panismo y sonrió para la foto del recuerdo.
Un par de horas antes Paco encabezó la primera sesión del comité en la que presentó su plan de trabajo, donde dio a conocer a sus más cercanos colaboradores la charla que sostendría con el hoy expriista.
Así que la fotografía – que compartimos en la edición digital – en la que aparecen sonrientes y abrazaditos, no tomó al panismo por sorpresa.
Navarro y Ordóñez no estuvieron solos sino acompañados de dos personajes de la política local “ecologista”, el excandidato al VI Distrito Alfredo “Fredo” Peña, y el exdiputado Héver Quezada, quien incapaz de vivir fuera del erario actualmente cobra como asesor en el Congreso del Estado.
Acostumbrados a las componendas, los dos “verdes” fueron testigos de cómo Ordóñez bajó la guardia, entregó las armas, y puso a disposición del panismo capitalino – apostado a llevar a la alcaldesa a silla de la gubernatura– los activos que cultivó a lo largo de décadas dentro de las filas del Revolucionario Institucional, prioritariamente dentro de las colonias de más bajos recursos.
Le ganaron los intereses personales y olvidó su origen político.
Cerrado el pacto, Paquito no tuvo empacho en subir el trofeo a redes y acompañó la difusión de la imagen con un mensaje que deja muy poco a la interpretación: “Excelente plática, buenos amigos. Viendo hacia el futuro”.
En el PRI, la imagen no fue tan aplaudida. Es sabida la mala relación que existe entre el dirigente estatal, Omar Bazán y Fermín, pero mínimo esperaban que guardara los días del novenario antes de irse de fiesta.
Ordóñez aprovechó hasta el último momento para criticar el manejo del partido en las manos de Bazán, y este se valió de la polémica foto para afirmar que Ordóñez era un infiltrado del que se ha liberado el PRI y que ahora hace visibles sus verdaderas intenciones políticas.
Con estos movimientos habrá que esperar para saber cuál de los grupos internos del PAN sale realmente beneficiado.
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“Se nos chispoteó”, es prácticamente el justificante que da la Fiscalía a la promoción de una unidad blindada – asegurada al crimen organizado – y con placas sobrepuestas que exhibieron el pasado desfile cívico del 16 de septiembre.
Aplican la ley del “no pasa nada” cuando por dentro el área encargada de garantizar la seguridad enfrenta severas crisis que están llevando al hartazgo a los ciudadanos y a los propios elementos que en ella laboran.
Recientemente, en el segundo aniversario de la desaparición de la niña Alondra Nolasco Corpus, los encargados de la página oficial que promueve la pesquisa exigieron – y aguas porque aquí viene la palabrota - que los peritos dejaran “de hacerse pendejos” y declararan lo que la mayoría lamentablemente ya intuye qué le ocurrió a la menor.
Nadie concibe cómo es que transcurridos tantos meses el forense no logra determinar si los restos encontrados en la casa del principal sospechoso de la desaparición corresponden o no a la niña.
La misma dilación impera en los peritajes que desde junio se practican a una osamenta de mujer localizada en Delicias y cuya identificación mantiene en vilo a la familia de una joven desaparecida.
El área forense está por los suelos, y poco le importa al Estado seguir incumpliendo con la sentencia del Caso Campo Algodonero que los obliga a tener al día todos los perfiles genéticos de los cuerpos que ingresan al SEMEFO en calidad de desconocidos.
La situación no para ahí, en los últimos tres años más de 540 policías han desertado de la filas de la policía estatal, y el presente es uno de los que más bajas ha registrado. Los elementos prefieren abandonar el barco a continuar bajo mandos que ponderan sus propios intereses antes que el bienestar de los chihuahuenses.
En el ministerio público no cantan mal las rancheras, ayer uno de ellos fue sancionado por el juez al no presentarse a una audiencia judicial de uno de los procesados en los maxijuicios. De ese tamaño es el desinterés.
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Amante de la parafernalia, y según dejó entrever recientemente también de la banda, el gobernador Corral se alista para protagonizar un nuevo acto de informe de gobierno, disfrazado de encuentro y como siempre al amparo de un discurso de austeridad que está más manoseado que un timbre de camión urbano.
Al gobernador no le fue suficiente brindar su segundo informe de gobierno en marzo como la ley lo establece, sino que emulando a lo que ha hecho en octubre de los dos años pasados buscará de nuevo la palestra para encabezar un evento que sólo representará gastos innecesarios.
En el 2017 ofreció un recuento de los primeros 100 días, en el 2018 una “sesión informativa de avances” y para esta ocasión los avances de recuperación de daños a través de la llamada Operación Justicia para Chihuahua.
Invitados, asegura, serán pocos, pero en gobierno hasta el menor evento sale caro. Tratarán de ocultar los gastos con la nueva salida de que todo se conseguirá vía coperacha como afirman se realizó el festejo de la noche de independencia adentro de Palacio de Gobierno.
La misma respuesta tendrán sin duda para explicar la presentación de la Banda El Recodo en los festejos del aniversario del sindicato de los trabajadores del Estado.
¿También ahí pasaron la charola o les habrán fiado?
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Mientras el sistema de transporte sigue cayéndose en pedazos, en los patios de la Ruta Troncal se almacenan los camiones que bajo el nombre de Bowí habrán de sustituir –sabrá Dios cuándo– a las unidades del ViveBús.
La flotilla más reciente llegó esta semana y se sumó a los 20 camiones que se encuentran desde hace seis meses estacionados debido a que el gobierno no concluye las gestiones ante la Comisión Reguladora de Energía para su puesta en circulación.
Se trata de unidades que usan gas comprimido como combustible, y aunque la planta que habrá de abastecerlos ya está terminada el permiso sigue sin ser otorgado.
Cada camión tuvo un costo de 2 millones de pesos, y el valor a lo largo de estos seis meses de espera ya se ha depreciado sin que puedan entrar en servicio para la generación de ingresos.
Habrá que continuar esperando.
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