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-Tufo a ingratitud y traición en la máxima casa

-“El Pichú” cuida a su sobrino como si fuera menor

-Ortiz Mena y Trasviña y Retes, otro punto olvidado

-Falta de agua en El Charco es por grandes morosos

La confrontación entre rectoría y la facultad de derecho, particularmente con Roberto Diaz Romero, el director, llegó a un punto delicado.

Porque resulta que Díaz Romero ha estado enterado desde el principio del proyecto de reforma académica y de la misma departamentalización.

Ahí estuvo sentado durante todo el proceso, construyendo el modelo.

Pero ahora, frente a los maestros, se muestra opositor e incluso desliza comentarios en el sentido de que ha sido ajeno.

No queda muy bien el abogado frente al mismo rector Luis Fierro, ni ante el resto de sus compañeros directores, quienes también han participado.

Muchos recuerdan que Díaz Romero no era ni con mucho el candidato natural a la dirección por los grupos en Derecho, y que su elección se debe a la confianza que Luis Fierro puso en él, empujado por el exsecretario César Jáuregui. Es un secreto a voces.

Hay tufo y señalamientos de ingratitud...y a traición.

Por lo demás, como se anticipaba, la reunión del viernes fue una auténtica cena de negros, con posiciones irreconciliables.

Se hicieron dos bandos: Todos los directores con el rector y enfrente la Facultad de Derecho. De ese tamaño fue el encuentro, según nos dicen.

Incluso para que no quedara duda, del lado del rector la infaltable operadora del nuevo amanecer, la consejera de la judicatura y catedrática de Derecho, Luz Estela Castro.

Díaz Romero quedó atrapado en sándwich, sin grupo real, secuestrado por la nomenclatura de poder de la facultad, débil y ausente de voluntad propia.

Tras el encontronazo, al final habrá mayor participación en la construcción de los programas de estudio, pero es un acuerdo superficial.

En el fondo el claustro sigue oponiéndose al proyecto de reforma universitaria en sus dos apartados, académico y administrativo.

No pasan el tronco común ni la visión de romper el modelo tradicional de educación universitaria basada en contenidos.

Desean conservar el título de ínsula sin la Facultad de Ciencias Políticas, o más bien dicho, sin sus programas de relaciones internacionales y comunicación, que estarían insertas en la división de Justicia y Estado de Derecho.

Esa es la disputa real, enseñar los dientes para asegurar la titularidad en la División y construir una candidatura fuerte hacia la lejana elección de rector.

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Dos sucesos aparentemente aislados pero que tienen una especial significancia, cerrando filas hacia el futuro y el presente inmediato.

Gustavo de la Rosa Hickerson no se despega de su sobrino Juan Carlos. Sería lo de menos tener un tío que te cuida a todas horas.

El detalle es que el sobrino está muy grandecito. Es el responsable de los programas federales en la entidad.

Vemos en la cercanía del veterano y rijoso combatiente de izquierda un cuidado especial. Lo hemos seguido en diversos actos y tareas, no sólo en Chihuahua sino también en la Ciudad de México.

El fin de semana realizó junto con el funcionario diversas actividades de carácter oficial. Las imágenes en nuestra edición digital.

No sabemos bien cuál es su papel, porque dejó de ser servidor público al pedir licencia del cargo de diputado. Pero hay una tutela indudable.

Entendemos que cierra filas junto al sobrino, que es un aspirante indudable a la gubernatura.

En ese contexto de cerrar filas entendemos también la reunión con Marcelino Gómez Brenes en el tradicional Apple-Nayos, que hoy es marca de una compañía restaurantera internacional, que en esta ciudad como en otras es punto clave de reunión.

Ahí, en una mesa del fondo, el responsable regional de los programas federales en esta ciudad se entrevistó con el sobrino preferido.

Juan Carlos y él tienen temas de sobra para abordar. Por ejemplo, las intenciones de Bertha Luján en pos de la dirigencia nacional para sustituir a Yeidckol Polevnsky, con un claro empuje al sobrino propio, Fernando Tiscareño.

Pero, además, por lo que representa en el tráfico de influencias -para no decir nepotismo- en el cual se ha involucrado a Gómez Brenes.

Insistimos, datos aislados, pero con especial lectura hacia el interior de Morena.

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La foto no es de Juárez, Cuauhtémoc, Parral o Delicias. Al menos de Chihuahua, donde es necesario apuntalar al partido.

Es de Aguascalientes, en el marco de la extraordinaria feria. Allá anda la presidenta estatal del PAN, Rocío Reza, apoyando a la candidata a la presidencia municipal Tere Jiménez.

Es encomiable el esfuerzo de la viaticada en aquella preciosa región, pero en la entidad urge atención a los comités municipales.

Más aún cuando el proceso electoral se encuentra a la vuelta de la esquina. Ya el año que entra, en octubre, arranca formalmente la elección del 2021.

En Chihuahua hay prioridades como el fortalecimiento de las precarias condiciones en que se encuentra la estructura.

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Los vecinos de la Antonio Ortiz Mena y Trasviña y Retes no aguantan la insoportable saturación vehicular con motivo de los clientes que acuden a las instituciones bancarias.

Son negociaciones que carecen de estacionamientos suficientes, y que, por lo mismo, afectan a los vecinos y negociaciones aledañas.

No hay autoridad alguna que les ponga orden. Vialidad hace como que la virgen les habla y se hacen de la vista gorda, cuando se trata de un problema añejo.

Lo cotidiano es enfrentar cocheras obstruidas por ciudadanos que acuden apurados a realizar trámites. Las quincenas son un auténtico martirio.

Afirme, Santander y Bancomer son las instituciones, a las que se refieren los indignados vecinos de la zona, que se comunican con esta columna para demandar auxilio.

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La gente del presidente seccional de El Charco, Carlos Ramos, asegura que la falta de agua en la comunidad rural de la capital del estado no fue por la ocurrencia del responsable de la bomba de irse a Estados Unidos.

Tampoco fue por la irresponsabilidad de los hijos del migrante, sino por los morosos que quieren agua de sobra pero se niegan a pagar lo que corresponde.

En efecto sí tuvieron dos días sin agua hace unas semanas, por un corto en la bomba del pozo; por ello debieron recurrir a pipas que envió la Junta Municipal de Agua y Saneamiento.

Pero cada localidad rural tiene el comité del agua que se merece. Así de sencillo.

La mayoría de los usuarios no pagan, es cuando los cargos de los recibos de luz se les cargan a los responsables del agua, por eso tienen que bajar el servicio.

En las localidades rurales es muy común que en las casas tengan vacas y caballos y dotarlos de agua, ya que los presones se secan y los pobladores llevan sus animales a las casas para darles agua, es por eso que el servicio escasea.

Además las bombas de agua no funcionan con aire, se tienen que pagar recibos de luz. En la localidad de El Charco hay usuarios que deben 20 mil pesos o más; y ese es el problema de fondo que se debe resolver en asamblea, sin cargarle las pulgas al presidente seccional, que no tiene injerencia, más allá de la gestoría de proyectos, en las juntas rurales.

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