Skip to main content

Dejan a Gómez y Zaragoza a la buena de Dios

‘La narración de quienes vivieron estos sucesos es impactante. Disparos, gritos y fuego’

-Pura demagogia en planes indigenistas

-Hay molestia en Junta de Conciliación

La situación se volvió insoportable de nueva cuenta en Gómez Farías, con los hechos violentos ocurridos esta semana.

La narración de quienes vivieron estos sucesos es impactante. Disparos, gritos y fuego. Los delincuentes volvieron a salir a la calle, incendiaron coches y cometieron un homicidio. El infierno se desató sin que ninguna autoridad saliera a defender y proteger a los ciudadanos.

Atemorizados los agentes pertenecientes a la Comisión Estatal de Seguridad se refugiaron en sus cuarteles sin más, dejando a la población indefensa. Como siempre. El hecho que fue minimizado, debe ser retomado en este espacio.

Prácticamente el poblado se paralizó en un miedo que recorrió cada una de las casas, negocios e instituciones de gobierno, incluido el hospital, que a duras penas pudo dar servicio. Algunos pacientes fueron referidos a Cuauhtémoc para su atención ante el riesgo de ser levantados.

El personal de enfermería y médico tuvo que encerrarse a esperar lo peor. Afortunadamente no fueron requeridos por los delincuentes para curar sus heridas.

Allá, la población se levanta todos los días con el temor de una nueva balacera o asesinato. Son reductos sin ley.

La delincuencia se pasea armada. No es que la población los proteja. Les teme.

No es nada diferente a lo que ocurre en Urique. Las promesas de seguridad se las lleva el viento. La realidad es la zozobra e incertidumbre.

Ayer, un escenario similar, fue el que se vivió en Ignacio Zaragoza, corolario de la muerte de “El Jefe Goyo”, comandante de la Comisión Estatal de Seguridad asesinado en la colonia Pavis Borunda de esta capital.

En Palacio, detrás de los fuertes muros del inmueble, resguardados por escoltas y elementos del ejército, fuertemente armados, como ocurrió ayer gran parte de la mañana, el mando policial civil y militar analiza, estudia, y vuelve a analizar opciones de solución, que no resuelven nada, ante la ineptitud e ineficacia.

Afuera de esos muros hay una exposición criminal evidente en toda la geografía estatal.

***

La atención a los indígenas vuelve a caer en la demagogia y el corporativismo. El foro encabezado por el próximo titular del área federal responsable de su atención, Adelfo Regino, fue más de lo mismo.

Las mesas estaban predeterminadas, con una fuerte presencia chabochi e indígenas letrados, fielmente distribuidos, para orientar la discusión, de la gran novedad propuesta de resurgir el desaparecido Instituto Nacional Indigenista.

Lo demás fueron discursos muy bonitos de protección a la población Rarámuri, Odami, Makurawe y Pima, muchos de los cuales fueron literalmente acarreados al foro para posar en la foto. Hubo acarreo de estudiantes desde Chihuahua para estar presentes y convalidar la consulta, junto con decenas de indígenas llevados de comunidades cercanas.

En la versión digital, Juan Carlos Loera de la Rosa, el poderoso superdelegado, posa en cuclillas a un lado de Adelfo, sonriente.

***

En la Junta Arbitral, ese órgano desconcentrado estatal que se encarga de resolver los pleitos entre trabajadores y las dependencias del gobierno del estado y algunos descentralizados, hay malestar e inconformidad.

Son muchas las carencias y demasiada la carga de trabajo, más todavía con el criterio donde a capricho de la Junta de Conciliación se declara incompetente a contentillo cuando no les interesa intervenir en algunos asuntos.

Los abogados laboralistas se quejan de que no se mueven los expedientes, y los que lo hacen es con una lentitud que espanta. Semanas pasan para que haya un acuerdo o se señale una audiencia, haciendo interminables los asuntos, en perjuicio del trabajador.

Son apenas unos cuantos metros cuadrados donde tiene que realizarse la tarea de resolver los cientos de expedientes acumulados, que contrasta con la comodidad, el mármol, las áreas espaciosas del antiguo edificio del Supremo Tribunal de Justicia, donde hoy despacha con holgura virreinal la Secretaria de Trabajo Ana Herrera.

Doble martirio el de los burócratas que alegan despido injustificado en contra del Estado: por un lado quedarse sin trabajo y por el otro iniciar un largo camino cuesta arriba ante un tribunal que adolece de lo mínimo indispensable, perdido allá en una callecita extraviada de esta capital.

***

Tiene un claro tamiz electoral y de revancha la decisión del Congreso del Estado de presentar un proyecto donde ordena interponer denuncias en contra de la administración municipal de Parral, en una franca violación al procedimiento y a las facultades del órgano legislativo.

Como que el gobernador trata de ajustar tuercas con miras al 2021 y fuerza las cosas para direccionar una llamada de atención, con vista al Ministerio Público, por un supuesto excedente en el uso de recursos públicos en materia del deporte, donde un contrincante de peso le hace sombra, en su maquiavélico concierto de sucesión gubernamental.

Estará Alfredo Lozoya, el munícipe parralense, convencido de que hay mano negra del gobernador? No lo sabemos. Se supone que son aliados. Lo cierto es que el asunto bajado de la sesión ayer, tiene un dejo de arrimón, ante el despliegue realizado por “El Caballo” en los últimos meses.

Al final, la propuesta fue retirada por lo burdo con que se pretendía iniciar acciones penales y deberá ser presentada de nueva cuenta. Pero el asunto hizo levantar antenas en lo que la clase política ya sabe, que el proceso electoral ya arrancó con evidente presencia del inquilino de Palacio.

  • Creado el
  • Visto: 721