Negligencia Criminal

Ómicron se expande y estamos en naranja con rumbo a rojo.

López-Gatell Ramírez será el chivo expiatorio de las culpas por el pésimo manejo de la pandemia que ha dejado casi un millón de muertes en el país. Su problema es que por obedecer ciegamente al presidente se olvidó de ser epidemiólogo y hasta pretendió meterse a político. La nueva cepa Ómicron será la que ponga el último clavo a su ataúd en cuanto a la chamba como subsecretario de la Secretaría de Salud (SS).
Los más de 200 millones de vacunas que han llegado al país no se sabe si una parte se caducó, se perdió o qué pasó con ellas por que no se ha terminado de aplicar las dosis a la ciudadanía. Hay mucha gente que no tiene el esquema completo y los jóvenes siguen sin ser atendidos como corresponde. Evadir el juicio de la historia es imposible y AMLO bien lo sabe, pero ha privilegiado sus objetivos personales por encima de los de la sociedad a la que sirve. Los recursos del país se están aplicando en sus programas bandera, como el Tren Maya, La Refinería Dos Bocas y el Aeropuerto Felipe Ángeles, los demás compromisos son desechables, como el tren rápido hacia el norte, el tren transístmico, el agua para La Laguna, el tren México Toluca, etc. Claudia Sheinbaum está trabajando a todo vapor con la reparación de la línea 12 del Metro, cuyo colapso causó 26 muertes. Su apuro es por que el presidente prometió que en un año estaría de nuevo en servicio. Ojalá no se atrasen ni se salgan de presupuesto, como ya pasó con las tres obras apuntadas antes como su proyecto preferido; se sabe que ya gastaron mucho y por eso querían resguardar los datos con un simple acuerdo que la Suprema Corte tendrá que resolver de fondo, aunque de entrada ya dijo que puede saltarse los tiempos en los trámites ante dependencias pero no puede dejar de informar. Las vísperas señalan que le dirán que transparente el costo de esas obras.
El pecado mayor fue no darle importancia a la pandemia y cuando se les vino encima el problema trataron, sin éxito, de
Componer las cosas, pero fallaron estrepitosamente. Es inexplicable que no comprendan que el meollo del tema es apurar la aplicación de vacunas, pero siguen a su ritmo. En el pecado estará la penitencia.

Terquedades
López Gatell declaró el 28 de diciembre (día de los Santos inocentes) que sólo había 42 casos en México infectados de la variable ómicron, cuando es público que son miles y que Chihuahua está en naranja y que las demás partes del país empiezan a regresar del verde a los otros colores. Esas mentiras le costarán al presidente, pero, insistió, tiene preparado al chivo que cargará con las culpas.
Es posible que el tiempo y el juicio de la historia lleven de verdad a responder ante la justicia a los responsables de esa enorme cantidad de mexicanos muertos por negligencia criminal.
Israel ya está poniendo la 4a dosis. Y nosotros seguimos oyendo al merolico del presidente.
Inexplicable dedicar el tiempo del presidente a la revocación de mandato, innecesaria y engañosa, con tinte de ego. Pero compramos vacunas rusas, chinas y de cuba, en lugar de la Moderna, BioNTech y Ffizer. Mejor las “patito”