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Despiden con todos los honores a Manuel Armendáriz

Rostros cabizbajos, lágrimas corriendo por sus mejillas, invadidos por el dolor y pesar, pero agradecidos por el tiempo compartido en vida, eran las emociones que se percibieron durante el homenaje de cuerpo presente del agente vial y paramédico de Cruz Ámbar, Manuel Armendáriz, al despedirlo con todos los honores en su último paso por la vida.

El cielo gris y cerrado enmarcó una sensible y emotiva ceremonia que tuvo lugar en el complejo de Seguridad Pública la tarde del pasado jueves, donde no había palabras para dimensionar la pérdida del buen "Beco" y conocido por muchos como “La Brigada 213”, quien acaeció a sus 52 años de edad, la noche del pasado martes en el exterior de su vivienda por un paro cardiorrespiratorio.

Sus restos descansaban en un ataúd de color café, con un arreglo dedicado por sus familiares, todos los presentes lo miraban con dolor y desconsuelo, en todo momento su familia estuvo con él. Le hicieron tres guardias por parte de sus compañeros de Vialidad, seguidos de paramédicos de Cruz Ámbar y al final camaradas de la vieja guardia de Tránsito.

Fue el comandante de la Subdirección de Vialidad, Víctor Manuel Orona Holguín, quien dio una breve reseña de cómo el compañero Manuel Armendáriz ingresó en octubre de 1994 a la corporación y al final entregó la fotografía a la familia, en señal de respeto y honorabilidad.

“Nada ni nade nos puede explicar el sentimiento que nos invade al perder a un ser querido y respetado, que salía de su casa portando su uniforme con gran honor y orgullo para servir a la ciudadanía. Manuel, quedarás en la historia de esta institución y en los corazones de cada uno de los compañeros como un ejemplo a seguir, lanzamos una plegaria para que Dios te reciba en su santo seno y en un solo grito te aseguramos que tu misión ha sido cumplida”.

Acto seguido el paramédico en jefe de Cruz Ámbar tomó la palabra y expresó lo difícil que es hablar de con compañero que dejó una huella en la “familia amarilla”.

“Hablar de Manuel, “brigada 213”, “El Beco” o “El Mongol” es tocar el corazón de cada uno de nosotros, recordar guardias, anécdotas; hablar de él es sinónimo de servicio, de colaboración, siempre dispuesto a ayudar al prójimo y empujando a los recién llegados a iniciarse en nuestro lema: Dar todo por nada”.

Durante la ceremonia pasaron el pase de lista por cada una de las corporaciones a las que sirvió por años, al unisonó de Presente repetido tres veces, el sonido de las trompetas y el ulular estremeció a seres queridos y colegas, algunos mostraron gran entereza, sin permitir que la pena los derrumbara, mientras otros dejaban fluir el dolor de su partida.

El cortejo salió de capacillas de Fátima para realizar la misma en Nuestra Señora dl Carmen dieron un recorrido a su casa, seguido acudieron al complejo de Seguridad donde su insignia queda marcada con 25 años de trabajo y al final al campo santo.

Fue ahí donde las pérdidas son tristes, observar el ritus de dolor por la pérdida de un buen padre, hijo, hermano y agente que marcó la vida de cada uno de ellos.

(El Diario Delicias).

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