Skip to main content

Israel se divide entre destituir o respaldar a Netanyahu en medio de crisis por rehenes

En un ambiente de profunda polarización, las calles de Israel han sido testigo de multitudinarias protestas y contraprotestas, mientras el país se fractura entre quienes exigen la renuncia del primer ministro Benjamin Netanyahu y aquellos que lo apoyan firmemente. Esta aguda división social ha sido exacerbada por la crisis de los rehenes israelíes retenidos en Gaza tras la ofensiva de las fuerzas de Hamás el pasado 7 de octubre.

En Jerusalén, miles de manifestantes bloquearon la concurrida Avenida Begin, enfrentándose a la policía que utilizó "agua de zorrillo" para dispersarlos. Las consignas que pedían elecciones anticipadas y la salida de Netanyahu se vieron reforzadas por nuevos clamores que exigían un acuerdo para la liberación de los aproximadamente 130 rehenes israelíes retenidos en Gaza, algunos presuntamente muertos.

Katia Amorza, madre de un soldado desplegado en Gaza, se unió a los manifestantes frente al Parlamento israelí y expresó su disposición a "pagarle un pasaje de ida, en primera clase" a Netanyahu para que abandone el poder y se lleve consigo a su gabinete, al que calificó como "lo peor que hemos tenido en nuestra sociedad".

En contraste, el rabino Yehuda Glick, defensor de las oraciones judías en el Monte del Templo, instó a los manifestantes a no olvidar que el verdadero enemigo es Hamás, no Netanyahu. "Creo que es muy popular. Y eso es lo que irrita a esta gente", afirmó Glick, sugiriendo que los opositores del primer ministro no aceptan su continuidad en el poder.

La crisis de los rehenes ha avivado las críticas contra Netanyahu, a quien muchos culpan de las fallas de seguridad que permitieron el ataque de Hamás. A diferencia de sus jefes de seguridad, el primer ministro nunca ha asumido responsabilidad alguna, lo que ha alimentado la indignación de los manifestantes.

Ohad Tal, diputado del Partido Sionista Religioso, aliado clave del gobierno, descartó la posibilidad de un acuerdo para liberar a los rehenes, calificándolo como algo "ingenuo". "Si hubiese un botón que pudieras presionar y traer de vuelta a todos los rehenes y que todo esté bien, todo israelí oprimiría ese botón. Pero no es tan fácil como crees", aseguró.

David Agmon, un exgeneral del ejército israelí que fungió como jefe de gabinete de Netanyahu, se sumó a las protestas y lo tildó de "un peligro para Israel". "Él no sabe cómo tomar decisiones, es temeroso, lo único que sabe es hablar", declaró Agmon, quien renunció tras tres meses por desavenencias con el primer ministro.

Mientras tanto, Netanyahu ha descartado elecciones anticipadas y ha reiterado su determinación de montar una nueva ofensiva contra Hamás en Rafah. A pesar de las crecientes presiones, sus habilidades políticas y su base de apoyo aún le permiten albergar esperanzas de permanecer en el poder si se celebraran nuevos comicios.

Aunque los israelíes están unidos en su objetivo de destruir a Hamás, la gestión de la crisis de los rehenes y la ofensiva militar han expuesto una profunda fractura social que amenaza con poner fin a la larga carrera política de Benjamin Netanyahu.

Créditos: BBC

  • Creado el
  • Visto: 253