Estados Unidos prueba misil de largo alcance y evalúa su fiabilidad
Un lanzamiento desde la Base de la Fuerza Espacial de Vandenberg moviliza a las autoridades militares estadounidenses. Se trató de un misil balístico intercontinental Minuteman III sin carga explosiva que recorrió más de seis mil kilómetros hasta el atolón de Kwajalein en el Pacífico. El propósito de la operación fue poner a prueba la confiabilidad del sistema y demostrar la capacidad de respuesta de la fuerza aérea.
La maniobra contó con la intervención del Airborne Launch Control System, una plataforma de lanzamiento móvil que permite activar el misil desde un avión. Este procedimiento forma parte de los ensayos rutinarios del arsenal nuclear, aunque las fuerzas armadas insisten en que el ejercicio no implica un mensaje concreto hacia ningún país.
La portavoz del 625º Escuadrón de Sistemas de Pruebas, la teniente coronel Karrie Wray, explicó que estos ensayos son esenciales para garantizar la seguridad de la flota y mantener listas las capacidades de disuasión. En su declaración resaltó que la misión refuerza la confianza en los sistemas y en las tripulaciones encargadas de operarlos.
El lanzamiento fue monitoreado por diversas agencias y no se reportaron incidentes durante el trayecto. Analistas consideran que el ejercicio permite a Estados Unidos mantener la transparencia de su arsenal y verificar los protocolos de control, además de servir como entrenamiento para el personal que participa en la cadena de mando.
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