Se abre paso la inteligencia artificial ética en el mundo de la salud

Autoridades sanitarias y tecnológicas de diversas regiones anunciaron la puesta en marcha de un marco regulatorio para la inteligencia artificial en medicina. La medida surge tras meses de debate sobre cómo equilibrar innovación y seguridad en un entorno donde algoritmos están cada vez más presentes en diagnósticos, tratamientos y la gestión de expedientes clínicos. La nueva normativa establece controles estrictos sobre la calidad de los datos y la transparencia en los modelos de predicción.

El objetivo es garantizar que las herramientas de inteligencia artificial se utilicen para mejorar la atención sin vulnerar la privacidad ni reproducir sesgos. Los desarrolladores de software médico deberán someter sus algoritmos a auditorías independientes antes de su aprobación. Se contemplan sanciones para los sistemas que no ofrezcan explicaciones claras de sus decisiones o que discriminen por motivos socioeconómicos o de salud.

El sector hospitalario ha reaccionado con cautela. Directivos de grandes centros médicos señalan que la regulación ofrecerá confianza a pacientes y profesionales, aunque advierten que adaptarse a los nuevos requisitos requerirá inversión en personal especializado. Investigadores celebran que la normativa no frene la innovación, sino que trace un camino para proyectos de aprendizaje automático aplicados a oncología, cardiología y genética.

Pacientes y asociaciones civiles aplauden la medida, al considerar que es un paso para humanizar la tecnología médica. Destacan que, al exigir transparencia, se podrá identificar y corregir errores o sesgos que afecten a grupos vulnerables. El debate sobre el uso de inteligencia artificial en la salud continuará, pero la aprobación de normas éticas abre un precedente que otros sectores podrían emular.