Operativo policial en Río provoca la mayor cifra de bajas de su historia reciente

Un amplio despliegue de fuerzas de seguridad en los complejos de favelas al norte de Río de Janeiro dejó un saldo de decenas de muertos y detenciones masivas. Las autoridades estatales justificaron la operación como una respuesta a la expansión de grupos criminales y señalaron que se actuó siguiendo protocolos de alto riesgo. Vecinos narraron escenas de fuego cruzado que se extendieron durante horas y afectaron a varias comunidades.

La cifra de fallecidos superó el centenar tras los enfrentamientos, según reportes preliminares citados por medios internacionales. Organizaciones de derechos humanos exigieron que se investiguen posibles ejecuciones extrajudiciales y que se brinde asistencia a las familias desplazadas. El gobernador regional aseguró que se trató de un golpe contundente contra el crimen organizado.

La intervención fue resultado de meses de inteligencia en torno a la denominada “Operación Contención”, cuyo objetivo era frenar la expansión del grupo conocido como Comando Vermelho. Aunque el gobierno federal respaldó la acción, organismos civiles advirtieron que las políticas militarizadas no han logrado resolver las causas profundas de la violencia urbana.

Con la zona aún rodeada por elementos de la policía, brigadas sanitarias y de asistencia social comenzaron a ingresar para atender a heridos y víctimas indirectas. Colectivos barriales pidieron un cese a la violencia y la creación de programas sociales de largo alcance que reduzcan la dependencia de los habitantes hacia las organizaciones delictivas.