Robo de joyas imperiales en el Louvre evidencia falta de seguro estatal

Un audaz robo en el Museo del Louvre de París causó conmoción mundial cuando un grupo de ladrones entró en la Galerie d’Apollon y sustrajo varias piezas de joyería imperial. Los delincuentes emplearon un elevador de cesta para acceder a la galería, rompieron vitrinas y se llevaron una diadema y un broche que pertenecieron a la emperatriz Eugenia, junto con otras piezas de alto valor.

El Ministerio de Cultura confirmó que las joyas no estaban aseguradas porque el Estado francés autoasegura sus colecciones, lo que significa que no recibirá indemnización por las pérdidas. La noticia destacó que las piezas robadas formaban parte de un grupo de joyas imperiales exhibidas sólo ocasionalmente.

El robo dejó al descubierto fallos de seguridad: los ladrones lograron huir sin activar alarmas ni ser interceptados por los guardias. Las autoridades detallaron que los objetos sustraídos incluían una tiara adornada con diamantes y esmeraldas y un broche de perlas, ambos elaborados para la esposa de Napoleón III. Expertos estimaron su valor en decenas de millones de euros.

Funcionarios del museo fueron interrogados y se reforzaron las medidas de seguridad. El ministro de Cultura indicó que se revisarán los protocolos para evitar que otros tesoros nacionales corran la misma suerte. Este hecho generó un debate en Francia sobre la necesidad de asegurar bienes culturales contra robos y desastres.