Skip to main content

Nueve perfiles cercanos a Morena toman la delantera para integrar la Suprema Corte

 

El recuento preliminar de la inédita elección judicial abre la puerta a un pleno dominado por aspirantes impulsados u oficialmente propuestos por Morena. De acuerdo con los datos del INE, los nueve mejor posicionados —todos incluidos en los “acordeones” que el partido distribuyó entre sus simpatizantes— concentran el mayor caudal de votos y, salvo sorpresas en los cómputos finales, conformarán el nuevo rostro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. La reforma aprobada el año pasado establece que quien obtenga la votación más alta presidirá el tribunal durante los dos primeros años, lo que coloca al abogado mixteco Hugo Aguilar a un paso de encabezar el máximo órgano judicial. 

Aguilar, con 5.9 millones de sufragios, construyó su campaña sobre la defensa de los pueblos originarios y promete que la justicia adopte una “visión colectiva” de los derechos humanos. Tras él aparecen figuras de probada cercanía al oficialismo: Lenia Batres, autodefinida como “ministra del pueblo” y nombrada en 2023 por Andrés Manuel López Obrador; Yasmín Esquivel Mossa, quien carga con acusaciones de plagio académico; y Loretta Ortiz, reconocida por su experiencia en derechos humanos, aunque relegada al cuarto puesto pese a aspirar a la presidencia de la Corte.

El resto de la lista refuerza la impronta morenista. María Estela Ríos, exconsejera jurídica del antiguo mandatario, llega respaldada por décadas en la defensa de sindicatos; Giovanni Figueroa Mejía, académico en derechos constitucionales, cuenta con el aval directo de la presidenta Claudia Sheinbaum; Irving Espinosa Betanzo y Arístides Guerrero explotan la retórica anticorrupción y un discurso dirigido a la juventud, respectivamente; mientras Sara Irene Herrerías, fiscal especializada en derechos humanos, afronta críticas por su actuación en casos emblemáticos como Ayotzinapa. 

Con esta alineación, el máximo tribunal se “pinta de guinda” y consolida la influencia del proyecto político de la Cuarta Transformación sobre el Poder Judicial. Sus detractores advierten que la composición resultante puede diluir los contrapesos institucionales, mientras que sus promotores aseguran que permitirá agilizar causas rezagadas y acercar la justicia a sectores tradicionalmente excluidos. El futuro de la Corte —y su independencia— dependerá ahora de cómo actúen estos nuevos ministros una vez tomen protesta. 

Fuente: El País.

  • Creado el
  • Visto: 23