
Donald Trump avanza en su plan para desmantelar el Departamento de Educación en EE.UU.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó este jueves una orden ejecutiva que instruye el cierre del Departamento de Educación, cumpliendo así una de sus promesas de campaña más controversiales. Esta medida busca imponer una agenda conservadora en el sistema educativo del país, desde el nivel inicial hasta las universidades.
Trump justificó la decisión argumentando que las escuelas públicas han adoctrinado a los estudiantes con "ideologías radicales antiestadounidenses" y que los padres deben tener mayor control sobre los contenidos académicos. Aunque la disolución completa del Departamento requiere la aprobación del Congreso, la administración ya ha despedido a la mitad del personal y cancelado múltiples programas federales.
El impacto más significativo de este desmantelamiento se verá en la educación superior, ya que el Departamento de Educación gestiona los préstamos estudiantiles y los fondos de apoyo académico. Actualmente, más de 40 millones de estudiantes estadounidenses tienen una deuda educativa que asciende a 1.5 billones de dólares.
Además de la desaparición del Departamento de Educación, Trump ha lanzado una serie de ataques contra universidades privadas como Harvard, Columbia, Yale y la Universidad de Pensilvania, amenazando con retirar sus fondos federales si no se alinean con sus nuevas políticas. Entre las medidas impuestas destacan mayores controles gubernamentales sobre los planes de estudio, restricciones en las políticas de inclusión y diversidad, así como la adopción de medidas más estrictas contra el antisemitismo.
El caso más polémico se dio con la Universidad de Columbia, que ya perdió 400 millones de dólares en financiamiento, afectando gravemente sus programas de investigación médica y científica. Trump exige que esta institución ceda el control de su Departamento de Estudios del Medio Oriente, Asia del Sur y África a la Casa Blanca por los próximos cinco años como condición para recuperar parcialmente los recursos.
Este tipo de medidas han generado gran controversia en la comunidad académica, que considera que estas acciones atentan contra la autonomía universitaria y la libertad de pensamiento. Además, universidades como Johns Hopkins ya han anunciado el recorte de 2 mil empleos debido a la pérdida de fondos federales.
El panorama académico en Estados Unidos se encuentra en un momento de incertidumbre, mientras universidades y autoridades educativas evalúan cómo responder ante las presiones del gobierno de Trump.
Fuente: La Jornada
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