
México encabeza la lista de los países con más periodistas desaparecidos del mundo
México continúa siendo señalado como uno de los territorios más peligrosos para quienes se dedican al periodismo, situándose en la cima de las listas internacionales de desapariciones y en uno de los primeros lugares en cuanto a asesinatos de profesionales de la prensa. Un informe reciente de Reporteros Sin Fronteras destaca que el país concentra 30 casos de periodistas desaparecidos, lo que representa más del 30% del total mundial, y lo ubica en el tercer lugar a nivel global en asesinatos, solo por detrás de Palestina y Pakistán.
El balance global del año pasado revela que se perdieron la vida 54 periodistas, siendo 16 en Palestina y 7 en Pakistán, mientras que en México el recuento se situó en 5 homicidios. A pesar de que los datos señalan una disminución en comparación con el pico registrado en 2022 —cuando llegaron a ser 17 y 12 de ellos directamente vinculados a su labor informativa—, el ambiente sigue siendo extremadamente hostil para quienes informan en territorio mexicano.
Diversos casos recientes ilustran la magnitud del peligro al que se enfrentan los comunicadores. Entre ellos se encuentra el trágico episodio de Mauricio Cruz Solís, director de Minuto x Minuto Michoacán, quien perdió la vida en Uruapan pocos minutos después de terminar su transmisión en directo. De igual manera, Alejandro Martínez Noguez, periodista de Celaya que optó por seguir comunicando a través de una página en Facebook, fue emboscado y acribillado mientras se encontraba dentro del coche de escolta policial, a pesar de haberse intentado previamente su asesinato. Por otra parte, el caso de Víctor Morales, editor de un portal de noticias en Chiapas, es especialmente espeluznante: su cuerpo fue hallado en una carretera con claras señales de tortura, con las manos atadas y el rostro cubierto, lo que subraya la brutalidad de los ataques a la prensa.
El informe también pone en evidencia que, en materia de desapariciones, ningún otro país acumula cifras tan elevadas. Con cerca de 95 casos registrados a nivel mundial en la última década, México destaca por concentrar una proporción significativa, entre ellos el del periodista Jaime Barrera Rodríguez, desaparecido en Guadalajara al salir de su lugar de trabajo.
La situación se agrava en un contexto donde el presidente Andrés Manuel López Obrador no ha emprendido las reformas ni las acciones necesarias para contrarrestar la violencia contra los periodistas. Además, la precariedad en la cobertura y el apoyo para medios pequeños ha impulsado a un creciente número de comunicadores independientes, quienes se encuentran aún más vulnerables a los ataques de grupos armados y facciones criminales.
La violencia contra la prensa se extiende también a escenarios específicos, como Culiacán, que actualmente se encuentra en el epicentro de un conflicto interno entre facciones del Cartel de Sinaloa. La situación en esta ciudad se ha vuelto particularmente crítica: la sede del periódico local El Debate fue blanco de una balacera perpetrada desde un vehículo, y poco tiempo después, un repartidor que transportaba las ediciones impresas del mismo medio fue perseguido, agredido y secuestrado por criminales armados.
Estos hechos, sumados a las cifras alarmantes y a la ineficacia de los mecanismos estatales de protección —incluso para aquellos 650 periodistas que integran algún programa de resguardo— evidencian un panorama de alta vulnerabilidad para quienes ejercen la labor periodística en México. La falta de acciones contundentes y de reformas estructurales ha dejado a la prensa en una situación de indefensión, donde cada cobertura informativa se realiza en medio de riesgos constantes.
Información basada originalmente en el artículo de Micaela Varela.
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