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Niña sobrevivió al tiroteo en primaria de Texas porque se untó la sangre de su amiga asesinada

Cuando la estudiante de cuarto grado Miah Cerrillo, de 11 años, vio cómo su amiga había sido asesinada dentro de su salón de clases en la Escuela Primaria Robb en Uvalde, Texas, lo primero que hizo fue tratar de sobrevivir.

Miah se manchó a sí misma con la sangre de su amiga, que aún seguía con vida hasta ese momento, para convencer al asesino que también la había matado a ella. “Mi cuñada dijo que [Miah] vio a su amiga llena de sangre, y ella tomó su sangre y se la puso”, contó la tía de Miah, Blanca Rivera, a la estación KPRC.

Pero antes de fingir estar muerta, Miah también pensó en una forma de pedir auxilio. Tras ver como el tirador también asesinaba a su maestra Eva Mireles, tomó su teléfono celular para llamar al 911, mientras estaba recostada encima del cuerpo de su amiga.

Miah fue una de las sobrevivientes del peor tiroteo en una escuela en la historia de Estados Unidos, desde la masacre de Sandy Hook de 2012. El crimen fue perpetrado por Salvador Ramos, de 18 años, que se atrincheró en el salón de clases de Miah por más de 40 minutos, mientras los padres de los niños rogaban a los policías que entraran a salvar a sus hijos.

Cuando el padre de Miah, Miguel Cerrillo, se enteró de la masacre corrió hasta su escuela y llegó justo en el momento en que su hija estaba siendo sacada por un oficial, con el cuerpo ensangrentado.

A pesar de que Miah logró sobrevivir las secuelas psicológicas que ha dejado Ramos a la menor son profundas. Esa misma noche, entró en pánico y le pidió a su padre que se armara porque “[el pistolero] va a venir a buscarnos”.

La masacre cobró la vida de 19 estudiantes y sus dos maestras, Eva Mireles e Irma García, además de varios heridos, como la propia Miah, que quedó con múltiples fragmentos de bala en la espalda.

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