"Cercanos a Zaldívar y AMLO buscan liderar el nuevo Tribunal de Disciplina Judicial"

Tres figuras vinculadas al exministro Arturo Zaldívar y al expresidente Andrés Manuel López Obrador destacan entre los aspirantes a los cinco cargos de magistrados del recién creado Tribunal de Disciplina Judicial (TDJ), órgano encargado de sancionar a integrantes del Poder Judicial de la Federación. Jaime Santana Turral, José Artemio Zúñiga Mendoza y Celia Maya García han presentado sus candidaturas en medio de cuestionamientos por presuntos actos de corrupción y conflictos de interés.

Jaime Santana y José Artemio Zúñiga, cercanos a Zaldívar, fueron mencionados en investigaciones previas por supuestas presiones a jueces en casos emblemáticos como el de Emilio Lozoya. Santana, señalado por su rol en la Secretaría Ejecutiva de Disciplina del Consejo de la Judicatura Federal (CJF), enfrenta acusaciones de haber manipulado decisiones judiciales a favor del gobierno. Por su parte, Zúñiga ha sido vinculado a resoluciones en casos como el de Genaro García Luna, bajo presunta influencia del exministro.

Celia Maya y su cercanía con AMLO

Celia Maya, consejera de la Judicatura Federal y cercana al partido Morena, también busca un puesto en el TDJ. Con una trayectoria marcada por intentos fallidos de ocupar posiciones clave como la SCJN y la gubernatura de Querétaro, Maya enfrenta críticas sobre su independencia judicial. A pesar de su militancia previa en Morena, Maya ha defendido su candidatura asegurando que su experiencia y méritos profesionales la respaldan.

Retos del Tribunal y el proceso de selección

El Tribunal de Disciplina Judicial será responsable de investigar y sancionar a jueces, magistrados, ministros y otros funcionarios del Poder Judicial. Su creación forma parte de la reforma judicial que transformará el Consejo de la Judicatura Federal en un órgano centrado en la disciplina interna. Sin embargo, el proceso de selección ha generado controversia, ya que solo 30 de los 359 aspirantes han optado por someterse a los exámenes técnicos requeridos por el Poder Judicial, lo que plantea dudas sobre el rigor y la idoneidad de los futuros magistrados.

La participación de figuras asociadas a actos de corrupción y conflictos de interés, junto con la falta de transparencia en algunos procesos de evaluación, pone en entredicho la capacidad del nuevo tribunal para cumplir con su misión de combatir la corrupción y fortalecer la independencia del Poder Judicial.